Investigación reciente, publicado en Obesity, encontró que un menor consumo de proteínas se asoció con una mayor ingesta calórica de grasas y carbohidratos, lo que puede aumentar el riesgo de obesidad.
El equipo de investigación examinó los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Actividad Física 2011-2012 de la Oficina Australiana de Estadísticas. Los datos se adquirieron de 9.341 personas cuya edad media era de 46,3 años. El análisis de la ingesta de energía y el tiempo de consumo mostró que aquellos que consumían cantidades más bajas de proteínas en su primera comida del día tenían una mayor ingesta de calorías en las comidas posteriores.
La Dra. Dana Ellis Hunnes Ph.D., MPH, R.D., Profesora Asistente en la Escuela de Salud Pública Fielding de UCLA, quien no participó en el estudio, comenta sobre los resultados del estudio: «La proteína reduce la velocidad a la que digerimos y absorber azúcares y carbohidratos de nuestros alimentos, al igual que las grasas. Si comemos un desayuno que está lleno de alimentos altamente procesados o azucarados, digerimos y absorbemos esos alimentos rápidamente.”